Se acerca la Eurocopa 2024 que se realiza en Alemania. Y será la última para unos jugadores y para otros no. Sin embargo, con Toni Kroos no es lo mismo. De hecho, con él todo es algo nuevo, muy a su estilo, cabe decir. Este mediocampista que llegó al Real Madrid después de haber sido rechazado por Karl-Heinz Rummenigge en el Bayern de Münich, diciendo que él no era jugador de primera.
Diez años.
Sí. Eso tardó Toni Kroos en demostrar de manera silenciosa que él es un jugador mundial y que, si no lo aceptaban en un equipo, habría otro que sí. Pasó al final. Bayern lo dejó ir, Real Madrid lo acogió, y terminó ganando seis Champions League, y algunos trofeos más de manera individual. Se podría hablar con estadísticas a mano, pero no. Kroos no se merece unas cuentas palabras basadas en sus números, porque él es el número. El 8 y en el mediocampo.
Toni Kroos es un jugador que sabe lo que quiere, y lo ejecuta cuando él quiere. A una semana y días de haber ganado la quinceava Champion con el Madrid y su sexta personal, y a un par de horas de iniciarse la Eurocopa que se juega en su país, Kroos dará sus últimas jugadas con la selección alemana, en búsqueda de un nuevo título de Europa.
El hombre que dijo que se retiraría en el Madrid, lo hizo. Cumplió su palabra. Dijo, también que regresaría a la selección alemana a pesar de haberse retirado de las contiendas internacionales, y lo hizo para ayudar a levantar a la selección y ponerla en lugares altos, a lo que siempre estuvo acostumbrada a estar. Finalmente decidió colgar las botas, en su mejor momento, en ese momento que sus pases y visión de juego estaban muy afilados y llevó al club de sus amores a obtener lo que siempre obtienen. Victorias.
Real Madrid es el único equipo que tiene cinco jugadores con seis Champions. Un equipo que está acostumbrado a trabajar de manera silenciosa para obtener los triunfos y ponerse dentro de la historia: ellos la relatan, la escriben y dejan que otros sigan cuando algunos se retiran. Pasó con Zidane, con Raúl, con Del Hierro, con Casillas, Roberto Carlos, Marcelo Benzema, etcétera.
Se podría con números todo lo que ha hecho Kroos durante su carrera futbolística, pero a criterio personal, no bastaría. Lo mismo pasó con Zidane, Ronaldo, Ronaldinho, Xabi Alonso, Pele, Alberto Spencer, y otros tantos, incluso jugadores de la misma selección alemana. Si algo nos ha estado enseñando el fútbol, es que por más estadísticas que genere un jugador, si no tiene clase que haya trascendido, no sólo dentro del campo sino también fuera del mismo.
Kroos cumplía con todo eso, a tal punto que opacó los números. Esa visión de juego, ubicar al compañero que tiene la oportunidad de realizar el desmarque mientras realiza el pase ni muy atrasado ni muy adelantado, justo ahí. Así de simple. Toni Kroos puede ser una leyenda, sin embargo, es más que una leyenda viva: es uno de los mediocampistas que se diferenció del resto por su elegancia, su disciplina, su visión y su forma de ordenar el mediocampo esperando que hará el equipo rival mientras reparte el balón de un lado a otro abriendo cancha y ver oportunidades de gol.
Sus centros precisos desde los tiros de esquina, lo vimos algunas veces durante su carrera, pero el del primer gol en la final del 1 de junio, fue otro. Fue diferente. Tal vez por que se estaba despidiendo y quería que todo fuese perfecto, aunque la perfección no existe. Y los dos tiros libres que el arquero del Dortmund le negó, que, si no lo hacía, hubiese sido uno de los goles candidatos algún premio. Pero, como todo en la vida, hay un ciclo que cumplir. Unos jugadores aún siguen jugando a pesar dé, otros, como él o como Zidane, decidieron que era el momento de colgar las botas. Era su momento. El momento perfecto. Y ahora, a sólo un par de horas que empiece el partido inaugural, que es a las 14:00, entre Alemania y Escocia, es en realidad el inicio del fin del viaje de su carrera como futbolista profesional.
Tendrá otros sueños aparte del fútbol, y los querrá cumplir. Está bien. Pero siempre será recordado como el jugador que conquisto el corazón de los madridistas, que conquistó trofeos a nivel de club y a nivel personal, el que no se cansaba de ganar. Que cuando hablaba, sólo decía lo que pensaba y sentía en ese momento, guste o no, porque él es un hombre de hecho y sin complicaciones. Que tiene sus metas fijas y va por ellas.
¿Qué pensará ahora Karl-Heinz Rummenigge al haber visto todo lo que logró Kroos con el Madrid? Nadie lo sabe. Sólo él. Dijo que no era un jugador de clase mundial y que por eso el Bayern no le pagaría lo que pedía. Bueno, en diez años demostró con creces y en silencio que él, Toni Kroos, siempre fue un jugador, es verdad, no mundial, sino de élite. De esos jugadores que pocos pueden estar en la élite del fútbol mundial. Porqué ahí, en ese grupo, no entra cualquier jugador que trascendió en todos los ámbitos del deporte.
Disfrutemos, entonces, de este último viaje del francotirador alemán.